Volví a verte, te tenia por delante y no podía creerlo; no era capaz de aguantarle la mirada a esos ojos que me hacían perder en el tiempo, mi voz se entrecortaba dejando espacio para los sollozos y mis manos y piernas flaqueaban.
Escuchar tu voz hacia que mi mente se bloqueara al recordar cuando podía oírla cerca de mi oído, oliendo ese perfume que una vez quedo en mi ropa y después al olerla sonreía como una idiota.
Fueron tantas emociones juntas que sentí como me sonrojaba y como el pulso se me aceleraba, la sangre recorría mi cuerpo a altas velocidades.
¿El problema?, el problema apareció cuando al abrir los ojos me encontré tumbada en la cama y acompañada de tu ausencia, agarrada a una vieja almohada ya acostumbrada a humedecerse con lagrimas que llevan el reflejo de tu rostro. Había sido solo un sueño, solo eso, un producto de mi imaginación a causa de las ganas de volver a tenerte conmigo.
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