Hoy la verdad que te extraño, aunque posiblemente mañana también. Por mi mente recorren todos aquellos momentos en los que te tuve delante y todas aquellas sonrisas que me dedicaste, cuando en el brillo de tus ojos podía ver mi reflejo y sentía ese cosquilleo por todo el cuerpo.
¿Qué mas puedo hacer ademas de no verte ni hablarte para poder olvidar aquella noche en la que tus dedos recorrieron mi cuerpo? si es que pese al tiempo cuando cierro los ojos los siento jugueteando por mi espalda, deslizándose suavemente de un lado hacia el otro, acompañados de una traviesa risilla. El calor de tu aliento cerca de mi oído, esa suave voz que parecía mecer y amansar cada uno de mis sentidos, sintiendo que en ese momento eras tú quien tomaba las riendas de mi ser.
Puedo guardarlo en un lugar profundo de mi corazón, en el lugar de esa 'espiguita' que está ahí y cuando se toca duele pero, ¿olvidarlo?, pongo mis manos en el fuego a que nunca.
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