Tras un sueño profundo te levantas con los rayos del sol que entran por la ventana y llegan hasta la cama donde te encuentras tumbada, estirando brazos y piernas pues se te han quedado engarrotados los huesos.
Te levantas y andas con pasos suaves y movimientos lentos hacia el espejo, donde te miras y tan solo ves un cuerpo sin alma y con el corazón hecho pedazos, y con un suspiro agachas la mirada y vuelves hacia la cama. Te tumbas y coges el móvil con tristeza, lo miras; no hay mensajes, no hay llamadas ...
Y recuerdas ese 'ya nos veremos' seguido por un beso que parece haber quedado olvidado.
Y calculas mentalmente y te asombras al darte cuenta que han pasado varios meses. Una eternidad esperando a que se hiciera realidad y volver a ver a esa persona que te hace enloquecer con tan solo su presencia pero, ¡un momento!. Cierras los ojos mientras te pasas la lengua por los labios, saboreando ese agua con sabor a sal que mas que lágrimas son sentimientos rotos. Sabes que esos momentos no volverán, que esa persona se fue dejando un gran vació pero aun así sigues manteniendo una pequeña esperanza de volver a mantener una conversación por muy pequeña que sea.
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