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viernes, 8 de febrero de 2013

Historia

Desde el primer momento en que te conocí supe que eras especial, no se si era tu voz, tu sonrisa o el brillo de tu mirada pero te guardaste automáticamente en mi corazón.
Con las primeras conversaciones a través de esa cuadrada pantalla recuerdo la sonrisa que aparecía en mi rostro, de oreja a oreja y acompañada de una enorme felicidad. Conversación tras conversación y aun  así sin haberte vuelto a ver me di cuenta que producías algo en mi que no era normal, algo que nunca antes había sentido con cualquier otra persona.
Al final llego el momento de volverte a ver, recuerdo aquella noche como si acabara de pasar. Nos dos dimos los dos besos de saludo en la mejilla y sentí como enrojecía, sí, por esa tontería  En las horas que estuvimos juntos tan solo sabia mirarte y temblar al intentar mantener la cordura y no ponerme a dar saltos de alegría. De vuelta a casa en aquellas largas calles me perdí en el tiempo observándote y aun recuerdo tu risa junto a un ''si te quedas fijamente mirándome me pongo nervioso''y aquella música de fondo, acompañada de vez en cuando de tu canto. Cuando llegamos a nuestro destino nos desabrochamos el cinturón y nuestras miradas se clavaron y fue entonces cuando mil mariposas revolotearon en mi estomago, cuando sentí como me ardían las mejillas al sonrojarme y ese suave tacto en mis labios... realmente era un sueño; mi sueño.
A partir de aquel momento levantar en la mañana era lo que mas deseaba, que comenzara el día y hablar contigo.
Pensé que una vez que  me acostumbrara a tu presencia no me pondría nerviosa ni sentiría como el pulso se me aceleraba pero cada vez que sentía tus caricias, tus labios o tu voz en mi oído me me temblaban las piernas y sentía que en ese momento quien me manejaba eras tu.
Los días pasaban rápido y no tenia palabras para expresar lo que sentía  para hacerle entender a la gente que gracias a ti lo que yo llevaba en mis venas era una absoluta felicidad, que al final acabo desvaneciéndose, sin dejar rastro.
Los días comenzaron a pasar mas lentos y las noches se convirtieron mas largas, sintiendo una pequeña angustia dentro de mi pecho;tras pasar unos días sin saber de ti, manteniendo la esperanza de que fuera un mal presentimiento pasajero, sin mas.
Fueron pasando las horas, los días  las semanas y los meses, y tu no regresabas.Te fuiste en silencio y quizás eso era por lo que  mas lloraba, por sentirme como una niña abandonada.
Fueron seis meses y ocho días en los que día a día sentía el dolor de mi corazón agrietándose  y rompiéndose a cachitos. Ciento noventa días en los que no faltaron las lagrimas y tampoco las suplicas mirando al cielo y pidiendo tu regreso.
Acabe volviéndome loca sintiendo que me encontraba en un túnel del cual no entraba la salida por mucho que andase. No podía entender tu partida y tampoco que no te hubieras despedido. Intentaba levantar pero tus recuerdos me hacían volver a caer, y con cada caída era mas grande la herida, de la que no encontraba cura.
Y de repente, de la nada, tal y como te fuiste , volviste.
Me advirtieron que si te habías ido una vez lo podrías hacer dos, tres, cuatro ... tantas veces como cayera en tu red. Me intentaron abrir los ojos para que viera que era un juego y que acabaría sufriendo nuevamente pero aun así fui corriendo a tus brazos, olvidando el pasado y los días de angustia.
No te pedí explicación y tampoco te reproche por miedo a volver a perderte y sinceramente me arrepiento, nada mas tenerte de regreso en mi vida debería haber desahogado en gritos y reproches el infierno que pase.
Volví a tenerte de frente, oliendo tu perfume, rozando tu piel, besándote sintiendo volar, volví a creer en tus embusteras caricias y besos; y ahora siento que voy a volver a caer.
Me engañaste nuevamente con tus encantos, incluso pensé que valía la pela un intento  mas. Pero ahora no encuentro consuelo, no puedo olvidar que para ti esto no significo nada.

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